Ayer paseábamos por la calle Panaderas en pleno centro, y nos quedamos atónitos al ver este cartel. Es verdad que en estos años de crisis y debido a la subida del precio del oro este tipo de establecimientos ha surgido como si de setas se tratase en periodo otoñal. Pero lo que no estaba acostumbrado a ver es que además de comprarte tus anillos, pulseras, pendientes o resto de joyas que quisieses vender al peso, también fuesen capaces de comprarte una dentadura de oro.
Me imagino al pobre hombre desdentado empeñando allí su dentadura y se me ponen los pelos de punta. Increíble...
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